miércoles, 15 de septiembre de 2010

El Blu-ray: Aún más atractivo

Que al Blu-ray aún le queda camino por recorrer para implantarse en la vida cotidiana de los usuarios, no es ningún secreto. Si bien es cierto que el cada vez más decreciente precio de películas y reproductores, la asimilación del formato como elemento de serie en difentes ordenadores y el mayor número de películas editadas son factores que están empujando su asimilación (aparte de su inmejorable calidad de imagen y sonido), los fabricantes están apostando por nuevas funcionalidades que, unidas a la lenta pero segura implantación de las 3D (que utilizan discos Blu-ray como soporte) permiten augurar un crecimiento nada desdeñable para el sistema.

El lector de discos Blu-ray cobra nueva vida gracias a que la industria lo ofrece como una forma cómoda de enlazar el televisor con la banda ancha del hogar y así tener acceso a Internet, a los contenidos multimedia o a cualquier fichero que circule con la Red.

La ventaja del reproductor Blu-ray es que por defecto lleva conexión a la Red y al formato DLNA para compartir archivos multimedia con el ordenador o conexión de banda ancha del hogar. En algunos modelos Blu-ray esta conexión es también inalámbrica y leen ficheros en distintos formatos, como MKV, MP3, MPEG4 o fotos en JPEG. Como es natural, el aparato lee DVD y CD, además de Blu-ray.

En mi caso particular, desde mi reproductor Panasonic puedo acceder a Youtube, mis álbumes de Picasa y otros servicios on-line con tan sólo utilizar mi mando a distancia.

La mayoría de nuevos modelos reproducen discos Blu-ray 3D, con lo que si de momento no se tiene un televisor 3D, se está preparado para el futuro. Muchos lectores Blu-ray disponen de sintonizador TDT y en alta definición, así como disco duro de hasta 500 gigabytes para poder grabar los programas preferidos de televisión y verlos después en diferido.

Aparte de que se tienen todas las funciones de conectividad y reproducción reunidas en un solo aparato, no hace falta que el televisor tenga conexión a Internet o sintonizador de alta definición porque estas funciones las hace el Blu-ray. Así, si se tiene un televisor de hace uno o dos años y se quiere mayor conectividad, no hace falta cambiarlo: se utiliza el lector Blu-ray conectado al televisor vía cable HDMI.

Mejorar el sonido
Este concepto integrador del Blu-ray puede extenderse al sonido. Es sabido que los televisores planos presentan unas imágenes nítidas y brillantes (en función de la fuente que se emita), pero justamente el reducido espesor hace que el sonido sea pobre. Se necesita mover aire para producir buen sonido y con menos de cinco centímetros de grosor es imposible.

Una solución es una barra de sonido debajo del televisor; otra, un equipo de cine en casa con altavoces a ambos lados del televisor o repartidos por la sala. Este equipo de cine en casa puede tener integrado el lector de Blu-ray en 3D, el disco duro y todas las funciones de conectividad. Así se controla desde un mando imagen y sonido.

La elección del lector Blu-ray se vuelve así bastante compleja por sus innumerables ventajas, como pasa con el televisor, porque hay múltiples modelos, desde el que lleva sólo la función de lector Blu-ray y conexión a Internet hasta el equipo de cine en casa con Blu-ray, disco duro y múltiples altavoces.

En cualquier caso, con estas posibilidades, sólo falta que las distribuidoras sigan editando títulos "con calidad" a buen ritmo para que el sistema no adolezca de contenidos, y no hablamos sólo de taquillazos, sino también de títulos de catálogo que hacen las delicias de los más cinéfilos (un buen ejemplo son las ediciones de películas de Chaplin, Hitchcok, Bogart... que ya se pueden encontrar en Blu-ray)

Fuente:El País